Al alba, a pesar del frío que hace, los pájaros del bosque comienzan a buscar alimento en los diferentes nichos donde han evolucionado. El pequeño agateador común tiene su nicho ecológico, en las cortezas de los diferentes árboles y arbustos que pueblan el monte de castaños. En ellas encuentra larvas, insectos y sus puestas.
La mañana de febrero llega fría, con nubes en el cielo. Recorriendo un camino histórico, ya en desuso, nos adentramos en el monte...
Entre las hojas y los "erizos" vemos que se mueve algo... Es un pequeño ratón de campo, calvo, que busca castañas sanas para alimentarse o almacenarlas.
Durante los meses de invierno, el bosque parece transparente. Ahora sus hojas no ocultan nada, se ve casi todo. Es otra forma interesante de ver el bosque.
Junto a un arroyo habita un castaño de unos cinco metros de perímetro en la base de su tronco. Un árbol que por circunstancias... no se cortó para madera.
Las palomas torcaces no son abundantes en estos montes, pues las castañas no son de su agrado a la hora de tragarlas. Prefieren las bellotas.
La situación geográfica y el clima de la zona, con unas precipitaciones medias anuales superiores a los 900 mm, han hecho posible en los últimos dos millones de años, el mantenimiento y la evolución de estos bosques caducifolios, que comenzaron su expansión hacia el norte, al final de la última glaciación, hace unos veinte mil años.
La especulación urbanística, la moda de las urbanizaciones de fin de semana, también han dejado sus huellas en el cuerpo de los grandes castaños centenarios, en forma de grandes quemaduras, sufridas tras graves incendios provocados en los años setenta y ochenta.
El trepador azul es un habitante típico de estos montes atlánticos de montaña. Vemos a una familia recorriendo los troncos y las ramas de los árboles... Buscando todo tipo de insectos, larvas y frutos.
En la raya del monte localizamos a un grupo de castaños de considerables edades y tamaños. En compañía de uno de ellos observamos las laderas del valle, cubiertas de castaños y robles...
En el cielo vuela el elegante milano real. Sin apenas batir las alas, el viento le lleva a donde él quiere...
El frío se palpa en el ambiente, se siente en la cara... Da la sensación que va a nevar en cualquier momento... Cuando se pare el aire.
En su día, se llegó a cuestionar la autenticidad natural de estas manchas forestales atlánticas. Ciertos "expertos" defendían, que los había plantado la civilización romana; otros, las gentes de los pueblos. El tiempo y la investigación seria, han demostrado que los puso la naturaleza, a lo largo de su evolución.
El pequeño petirrojo tiene su territorio en unas zarzas que rodean al manantial, donde le encontramos ahora. Aquí va a afrontar el invierno hasta la próxima primavera, donde formará una familia, o emigrará hacia el norte.
Estos montes han tenido un aprovechamiento racional histórico, desde hace unos dos mil años. De ellos han salido castañas para la alimentación, y madera para la construcción y la carpintería.
Las fuentes y los manantiales que afloran en los diferentes puntos del monte, atraen y concentran a las diferentes especies. En la imagen vemos a una hembra de escribano soteño.
En la actualidad es muy difícil saber como es un bosque natural de castaños. Qué variedad de flora, fauna y estructura forestal original tenían, en los diferentes relieves geográficos donde se asientan.
Fue uno de los primeros bosques en los que intervino la civilización, debido a la calidad e importancia de sus frutos, y posteriormente su madera. Por ahora, tenemos que conformarnos con lo que hay, que no es poco.
Durante el invierno fructifica el rusco. Una especie de origen subtropical, que se quedó y evolucionó en La Península Ibérica cuando retrocedieron las selvas tropicales.
El carbonero común es un pájaro forestal con un nicho ecológico bastante amplio, que le permite vivir en el bosque durante todas las estaciones del año, incluso los inviernos más crudos, siempre y cuando la nieve no permanezca más de una semana cubriendo el suelo, donde encuentra la mayoría de su alimento.
El abandono comercial de las castañas en muchas zonas, está propiciando la regeneración natural del bosque. En esta imagen podemos ver numerosos castaños jóvenes, nacidos de fruto, junto a grandes castaños centenarios.
Dado el aprovechamiento forestal que han tenido los castañares, los pájaros carpinteros no han estado bien vistos por sus gestores. Han sido escasos en el pasado. En los últimos años, gracias a la recuperación que están teniendo algunas especies, podemos ver en estas manchas a pitos reales, picos menores y picos picapinos, como el de la fotografía.
El día no cesa de cambiar... Ha llovido, ha nevado, hace aire, llueve... El monte da la impresión de estar vacío de fauna, pero tiene tres recursos fundamentales para que esta siga en la zona. El clima, el hábitat y abundantes castañas sanas, escondidas entre la hojarasca y los erizos.
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¡Qué bien describes ese limpio y agradable ambiente de valle y monte de centenarios castaños!
ResponderEliminarSe pasea tan confortablemente por él, siguiendo tus pasos, aprendiendo de tu letra los tesoros que nos aguardan en el paseo.
'Ojolince y Sra.' esperaremos ilusionados la próxima propuesta.
Un saludo desde Pucela.
De este valle, cubierto por castañares y robledales principalmente, vamos a ir viendo una serie de historias muy interesantes... Es una zona de Madrid que he pateado poco, pues me pilla bastante lejos, pero es muy interesante en muchos aspectos que ya iremos viendo. Gracias por el comentario. Un saludo a `Ojolince y Sra.´
EliminarMe ha gustado como lo has descrito , en realidad me ha encantado la entrada, me ha llevado hasta el señorío de Bertiz con sus impresionantes castaños
ResponderEliminarun saludo desde Irun
Javi
El invierno traslada a los bosques caducifolios a otra dimensión. Es la única época del año en la que no tienen hojas en sus ramas, pero están en el suelo... Las nubes, la lluvia, la nieve y el sol acompañan. Ponen su nota a lo largo de la estación. Es otra de ver como son estos bosques en un periodo del año. Gracias por tu comentario. Un saludo Javier.
EliminarPreciosa entrada y la foto del pico picapinos de lujo. Saludos desde Fauna Compacta.
ResponderEliminarDurante el invierno la mayoría de las aves se marchan del castañar. Afortunadamente, ciertas especies permanecen en él durante todo el año; y aunque no es nada fácil en esta época hacerles una fotografía, con un poco de paciencia y quietud, también caen bajo en influjo de la cámara. Gracias por tu comentario. Un saludo Germán.
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