google-site-verification=W4JiPUkp_G2kZZVS-o62liN40WEVgPWgCCloRv-xIdc la luz del monte: EL VALLE DEL LOZOYA.

lunes, 5 de mayo de 2014

EL VALLE DEL LOZOYA.


El Valle del Río Lozoya se localiza en La Sierra de Guadarrama, en la vertiente Sur de Madrid. Con altitudes máximas de 2428 en Peñalara, 2380 Cabezas de Hierro, 2209 El Nevero y 2129 en el Pico de Tres Provincias. Su mínima altitud se localiza en El Pontón de La Oliva, a 717 metros sobre el nivel del mar. Tiene una extensión de unas 91.000 hectáreas, repartidas en 35 municipios, con una población entorno a los 10.000 habitantes.

A lo largo del valle, desde su nacimiento en las altas cumbres, hasta su final en las calizas de la Dehesa de la Oliva, podemos caminar sin salirnos del bosque,  por pinares silvestres de alto valor ecológico y económico; abedulares mixtos, compuestos por avellanos, robles albares, acebos, serbales y mostajos, entre otros; robledales melojos, un sabinar, encinares, pinares resineros, fresnedas y bosques de galería de álamos temblones, chopos negro, blancos, sauces y alisos. Todo este panorama forestal esta drenado por multitud de arroyos, que aumentan las aguas del Río Lozoya, la principal arteria fluvial que da de beber a Madrid y su área metropolitana.

La fauna del valle es variada en especies de todo tipo y abundante. Aquí podemos ver buitres negros criando en los grandes pinos silvestres, a 1700 metros de altitud. Águilas reales y cabras monteses en las altas cumbres. Corzos y jabalíes en cualquier lugar del valle; búhos reales y chicos, cárabos, halcones abejeros, azores, ratoneros, águilas calzadas y culebreras, cigüeñas blancas y negras, nutrias y el escaso desmán de los pirineos, gatos monteses, turones, garduñas, tejones y zorros. Pájaros multicolores y simpáticos, como los carboneros, herrerillos, trepadores azules, agateadores, mitos, reyezuelos, arrendajos, etc, etc, etc. El lobo, aunque muy escaso (la N-I siempre le ha traído en jaque, y alguna bala perdida en alguna montería también) siempre ha estado por estas montañas.

El mundo rural y monumental de los pueblos del valle es interesante y notorio, pues todos tienen algo que mostrar e interesar. Desde casas legendarias, antiguas, restauradas, nuevas con formas tradicionales, iglesias con distintos estilos arquitectónicos, La Cartuja de Santa María de El Paular, la muralla de Buitrago de Lozoya... Una compleja y variada infraestructura de presas, para regular y canalizar el flujo del agua que demanda Madrid.

Hoy, la ganadería vacuna y apícola, y la explotación maderera de los pinares, son las explotaciones económicas rurales más importantes en el valle, a parte de la gestión del agua.




Desde los altos pinares silvestres, hasta el final del valle en la calizas del Pontón de La Oliva, se localizan una serie de puentes romanos, medievales, con los dos estilos y modernos, por los que pasan caminos históricos, carreteras y el ferrocarril.
El Puente del Canto, sobre el Arroyo de Canencia, un día claro y soleado de invierno.




Las miles de vacas y ovejas que han pastado en el Valle del Lozoya en los últimos ocho siglos, han modelado su paisaje y la forma de ver estos montes, salpicado de prados...
La ganadería vacuna de razas autóctonas, sigue siendo uno de los motores económicos del valle. Aquí todavía se mantienen importantes rebaños de vacas avileñas, como la que vemos en la fotografía.




La primavera también llega al alto valle, cubierto por una mancha muy importante de pinos silvestres autóctonos.
A lo largo del valle, podemos ver casi todos los ecosistemas forestales de Madrid. Con manchas muy importantes, en cuanto extensión, variedad de especies forestales y árboles de considerable edad y tamaño.




El águila real siempre fue una especie común en todo el valle. No había cortado rocoso o farallón que no tuviese su pareja.
En la fotografía vemos un caso excepcional en los últimos años. Un nido ocupado por dos pollos, protegidos por la madre. Afortunadamente volaron los dos pollos.




El embalse de El Atazar es el más importante y grande de Madrid. Embalsa más agua que todos los embalse juntos, y proporciona más del cincuenta por ciento del agua que se consume en la Comunidad...
Antes de abandonar el valle, el Río Lozoya tiene que pasar por la presa de La Parra, la presa de Navarejos, y la presa del Pontón de La Oliva.




En las calizas de Pinilla del Valle, próximas al embalse, se localizan una serie de asentamientos que estuvieron habitados por el Hombre de Neandertal, hace unos ochenta mil años. El equipo actual que dirige el proyecto de excavación e investigación, lo forman Juan Luís Arsuaga, paleoantropólogo, Director del Centro de Investigación UCM-ISCIII sobre Evolución y Comportamiento Humano, Co-director del Proyecto de Investigación de Atapuerca; Alfredo Pérez-González, geólogo, Vicedirector del CENIEH en Burgos; Enrique Baquedano, arqueólogo, Director del Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid, Co-director del Proyecto de Investigación en Olduvai, Tanzania.
Desde el año 1979 se está excavando regularmente en esta zona. En los últimos trece años, ya con un proyecto comprometido, durante la segunda quincena de agosto y la primera de septiembre, se realiza la excavación, que se ha ido ampliando conforme se van encontrado nuevos restos...
Las excavaciones e investigaciones de los restos son muy meticulosas y lentas, pues toda la información encontrada hay que verificarla y contrastarla. El tiempo (siempre el tiempo) nos dirá con la ayuda de este importante equipo y todos sus colaboradores, quien estuvo aquí en los últimos cien mil años, como fue su vida y con qué otras especies de la fauna y flora vivieron...




Históricamente, el Valle del Lozoya ha sido muy famoso por la abundancia de caza mayor, especialmente por sus osos y jabalíes. La caza,  la ganadería y la utilización de sus montes en plan industrial para leñas y carbones, extinguieron a los osos y ciervos.
En la actualidad, el gran ungulado salvaje que campa por sus montes es el jabalí, siendo abundante en algunas zonas. El corzo se ha recuperado notablemente en los últimos veinte años. La cabra montés ha vuelto a colonizar el valle en dos puntos, como consecuencia de las repoblaciones realizadas en los años noventa.




La Puerta del Arrabal, es la entrada o salida norte de la muralla, que custodia al casco histórico de Buitrago de Lozoya.
En esta zona habitaron celtas, romanos, visigodos, musulmanes y cristianos. Cuántas civilizaciones y misterios esconde el suelo de pueblo...




El otoño se hace manifiesto en la ribera baja del valle. La bruma del río "empaña" los verdes y ocres de las hojas de los alisos, chopos y sauces. Cerca, el Río Lozoya se juntará con las aguas del Jarama.




Los grandes cortados de caliza del Pontón de La Oliva, son la escuela y zona de entrenamiento y recreo, de muchos alpinistas madrileños y de otros puntos del país. Aquí vienen diariamente, y sobretodo los fines de semana, numerosos aficionados y profesionales para practicar su afición...
En la fotografía vemos a un alpinista, subiendo por un cortado de unos 20 metros de altura.


NOTA: Ver también el artículo del día 18 de noviembre de 2013. Tráiler. Cuaderno Fotográfico del Valle del Lozoya.


4 comentarios:

  1. Gracias Marcos, me alegro de que te hayan gustado y te hayan dicho algo.

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  2. Enhorabuena por tu trabajo. Me gusta ver esos paisajes mediterraneos y no tan mediterraneos de las sierras madrileñas que desconozco. Bonita e interesante fauna se alberga allí, ojalá algún dia pueda darme un paseo por esos montes.
    Un saludo desde el norte y felicidades de nuevo.

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    1. Las Montañas y las llanuras de Madrid, ofrecen todavía importantes ambientes naturales variados. Desde extensos pinares naturales de pino silvestre, robledales melojos, importantes encinares serranos mixtos y sobre arenas y pequeños bosques, como el hayedo, abedulares, sabinares, acebedas y alcornocales. En todos estos montes podemos encontrar enormes árboles con grandes troncos y muchos siglos de vida, a parte de una variada vida animal. Por decirte, en la mismas puertas de Madrid capital, están criando todos los años unas quince parejas de águila imperial ibérica. Una época buena para ver el medio ambiente de Madrid, sin moverte de la capital, es la primavera. Gracias por tus comentarios y tu interés. Un saludo.

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