google-site-verification=W4JiPUkp_G2kZZVS-o62liN40WEVgPWgCCloRv-xIdc la luz del monte: EL OTOÑO EN LOS BOSQUES ATLÁNTICOS.

jueves, 30 de octubre de 2014

EL OTOÑO EN LOS BOSQUES ATLÁNTICOS.


A lo largo del mes de octubre, los diferentes montes atlánticos que se desarrollan en las faldas de las montañas, van a tener una serie de cambios cromáticos hasta que se desprendan de sus hojas a mediados del mes de noviembre, o finales, según como venga la estación. Dependiendo de las especies que habiten la mancha, la gama de colores puede ser variada y muy llamativa. Es una época en la que podemos ver y saber la variedad de árboles que habitan en el monte.




La mañana llega nublada y con brumas al abedular. La luz es suave. El canto de algunos pájaros, como los carboneros y los trepadores, se funden entre las ramas y las hojas de los grandes árboles...




Un agateador común, registra el musgo de una roca, buscando pequeños insectos para alimentarse. Después se posa en el tronco de un abedul, por el que sube hasta sus altas ramas y se pierde...




En esta época del año maduran las manzanas silvestres. Tienen un aspecto muy atractivo y apetecible. Siempre habrá una primera vez para que alguien pruebe su ácido y amargo sabor, "que deja la boca como la madera".




Los últimos rayos del sol barren la mancha mixta de abedules que pueblan la ladera alta de la montaña. Vemos abedules, sauces, robles melojos y albares, avellanos, mostajos, serbales...




En una ladera orientada al norte, localizada en la cuenca alta del Río Jarama, observamos una mancha importante de jóvenes y grandes hayas. Vemos gamas de verdes, amarillos, ocres, naranjas y rojos. En primer plano observamos un grupo de robles melojos y albares.




Las grandes ramas y las hojas de los abedules, "intentan" ocultar la enorme haya que habita junto al Río Jarama.




Un carbonero común registra la rama seca de un sauce, en busca de larvas e insectos camuflados. En esta época, consume semillas, frutos e insectos. Todo le viene bien para alimentarse.




Debajo de unos sauces, encuentro unos buenos ejemplares de falsa oronja (Amanita muscaria). Una seta muy característica de estos bosques, que aparece cuando el otoño realmente se inicia.




A media mañana, el sol pega de lleno en la mancha mixta de robles albares. Los cerezos silvestres brillan con un naranja casi rojo, al atravesar la luz sus hojas. El sotobosque está compuesto por grandes y espesos acebos, muchos de ellos cargados de rojos frutos.




En esta época del año las endrinas ya están maduras. Ponen una nota  más de contraste, en los espinos que crecen en las orillas del río y los arroyos.




En la orilla de un arroyo, posados en la rama caída de un roble, un mito adulto y uno joven, dejan de beber al oír el sonido de la cámara. Después se van por el robledal a buscarse la vida...




Al final de un canchal, localizo este enorme ejemplar de roble albar, con más de seis metros de perímetro en la base de su tronco. Un día contaré su historia y lo que costó llegar hasta él...




Los primeros rayos del sol de la mañana, alumbran y encienden los vivos colores de los álamos temblones, que crecen en la orilla del Río Jarama junto a grandes sauces.




En un remanso del río, una lavandera cascadeña recorre la rama caída de un roble, en busca de insectos acuáticos.




Dentro de la mancha de castaños el ambiente es sombrío. El suelo está cubierto por una espesa alfombra de hojas, en la que se ven los abundantes erizos, donde se esconden las dulces castañas.




Sobre las hojas de los castaños, un erizo enseña las castañas que custodia. Todo un mundo rural y económico que empezó en la época de los romanos.




Llegando a un arroyo, observo a una pareja de corzos... El macho persigue a la hembra para cortejarla.




Los bancos de nubes pasan por la zona alta del valle. En la ladera observamos una mancha de castaños, acompañada por grandes pinos resineros y grandes robles melojos.


4 comentarios:

  1. Bucólico paisaje que transmite belleza y sosiego a partes iguales.
    Aquí en el sur se está haciendo de rogar el otoño. Salir al campo, verlo todo seco, los rios igualmente secos y tanta calor, a mi personalmente me deprime. Al contrario que mucha gente las nubes y la lluvia y el fresco me alegran el ánimo.
    Un saludo

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  2. En el artículo vemos los principales bosques atlánticos que pueblan las laderas de las montañas de Madrid. Este año el otoño parecía que iba a ser importante e interesante, pero como ya dije en su día, venía muy fingido... Estos quince días de sequía, en los que ha helado algo, lo han terminado de fastidiar. Gracias por tus comentarios. Un saludo.

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  3. preciosa la entrada!Me han encantado las tomas
    Saludos

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    1. No están nada mal estos montes para perderse por ellos unos días y ver lo que esconden, verdad Marcos. Gracias por tu comentario. Un saludo.

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