martes, 13 de enero de 2015

POR LOS CORTADOS DE YESO DEL BAJO JARAMA.

El Río Jarama es el más largo de toda la geografía Madrid. Comparte sus aguas con Guadalajara y Toledo, antes de entrar en El Tajo. Es un río de grandes contrastes ambientales. De paisajes y bosques variados, de fauna y costumbres diversas... Hoy vamos a conocer una zona de uno de sus tramos bajos...



La garza real va recorriendo la orilla del río... Va de caza. Ratones, topillos, musarañas, peces y algún pájaro herido o muerto, van a formar parte de su almuerzo esta mañana.




El río está cubierto por una ligera bruma. Algunos patos cucharas y ánades reales se levantan al sentir nuestra presencia...




Varias gaviotas reidoras, venidas desde el norte de Europa, nadan sobre las aguas someras.




Está amaneciendo... La temperatura ambiental es de unos -3ºC. La tranquilidad en la zona es absoluta.




Posado en la mata alta de una encina descubrimos a un pequeño matador. Es el alcaudón real, un pequeño depredador que se alimenta de pájaros, roedores, pequeños reptiles, anfibios y grandes insectos. En los últimos veinticinco años su número ha caído en picado, se ha extinguido en muchas zonas de España.




Los álamos y tarays que acompañan al cortado, están pintados por la escarcha. No se ve un pájaro por la zona. Sólo se ven algunos conejos, que desaparecen muy rápido entre las matas.




La erosión y el paso del tiempo han modelado los grandes cortados de yeso. Unos cortados que se formaron en otra época, hace unos quince millones de años, bajo un mar que cubría el centro de La Península Ibérica.




A estas horas de la mañana, después de arreglarse las plumas, todos los pájaros del río se dedican a buscar sus alimentos para afrontar el día. Una familia numerosa de mitos, formada por los padres y nueve jóvenes, va recorriendo las ramas de los chopos, los tarays y los sauces, buscando las larvas y los huevos de pequeños insectos.




El día ha vencido a la noche. El sol viene acariciando con su luz los altos páramos. La ribera permanece cubierta por la fría escarcha, pero la vida y el trasiego de aves acuáticas no para...




Sobre las ramas caídas de un chopo, descansan dos cormoranes grandes. Uno abre sus grandes alas, para que se aireen las plumas y se sequen bien, pues hace unos instantes que salió del agua. Cuando estén bien secos y sus cuerpos hayan recuperado las calorías perdidas, volverán a nadar y a bucear por el río para capturar peces.




En ciertas zonas, donde la extracción de arenas y gravas no fue posible en el pasado, habitan pequeños bosquetes con grandes ejemplares de taray.




Las zonas que sufren menos la helada, son frecuentadas por los pitos reales. Aquí tienen localizados numerosos hormigueros, que frecuentan a diario para capturar a su principal fuente de alimento, las hormigas.




A media mañana el sol se asoma sobre los altos cortados de yeso. En la umbría todavía se puede ver el suelo cubierto por la escarcha. El río y sus árboles tienen más color.




Sobre los grandes álamos blancos y negros, construyen el nido numerosas parejas de cigüeñas blancas. Por estas fechas la mayoría de los nidos ya se encuentran ocupados.

Entre las ramas de estas grandes construcciones crían otras especies, como las grajillas, los gorriones comunes y morunos, agateadores, carboneros y herrerillos comunes.




La luz limpia y cálida del día ilumina los cañizos y los álamos blancos. Ahora la temperatura es agradable, en torno a los 12ºC.




Una gallineta busca alimento sobre las aguas. De vez en cuando se sumerge y saca vegetación acuática en el pico.




Ahora nos encontramos dentro de un estrecho torrente, que se inicia en los altos cerros y páramos de la zona. Estos estrechos callejones de yesos y margas, los han ido excavando las aguas de las tormentas durante miles de años.




Por el camino descubrimos los restos de un zorro, que abatieron los cazadores al comienzo de la temporada. Sobre el pasto vemos el cráneo... Nos mira como un testigo mudo... De aquel animal elegante, con chispa, que daba vida a estos barrancos.




El sol de la tarde alumbra los grandes tarays y los altos cortados de la vega. Ahora se oye a las chovas piquirrojas que recorren las altas paredes. Por el cielo observamos el vuelo del macho del halcón. Unos metros por detrás llega la hembra...




En el río nada una pareja de ánades reales. La hembra va delante, seguida del macho. Si todo va bien, a mediados de febrero encontraremos a la hembra oculta en el nido.




En las grandes paredes podemos ver antiguas cuevas excavadas hace siglos por el hombre, donde se construyeron palomares "naturales" para cría silvestre de las abundantes palomas bravías.




Durante todo el año no faltan los mirlos comunes en las zonas donde prosperan los árboles, espinos y zarzas. Continuamente están buscando insectos, gusanos y lombrices, bajos las hojas o entre el pasto.




Por esta zona, la civilización humana pasó muy temprano, hace unos quince mil años. Carpetanos, romanos, visigodos, árabes, españoles, han dejado los cerros, las laderas y los barrancos, poblados de esparto, donde apenas crecen algunos tomillos y coscojas. Los montes de encinas, quejigos y coscojas, desaparecieron bajo la presión económica de estas civilizaciones.




En los pequeños y grandes cortados yesíferos, habita una avifauna variada. Collalbas negras y rubias, roqueros solitarios, halcones, cernícalos comunes, chovas piquirrojas, palomas bravías y colirrojos tizones, como el que vemos en la fotografía.

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4 comentarios:

  1. ¡Un placer descubrir la vida de tu puño, letra y objetivo, junto al curso del río Jarama!
    ¿Qué sería de la naturaleza sin sus grandes y aliados ríos? Todo lo abastecen, modelan y nutren soporando una presión, a veces, imposible.
    Aún hoy día, desaparecidos los bosques de quejigos, encinas y coscojas, bulle la vida en el bajo Jarama y 'La luz del Monte' nos lo muestra... magníficamente.
    Un saludo de 'Ojolince y Sra.'

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    1. Vivimos en un mundo que sólo podemos apreciar lo que tenemos o nos queda. Los ríos son las venas y arterias que han tallado la geografía, por los que fluye la vida desde las altas montañas hasta las bajas riberas. Un mundo lleno de contrastes diferentes, y todos muy interesantes...
      Gracias por tu comentario. Un cordial saludo a `Ojolince y Sra.´

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  2. Me ha sorprendido. Es exactamente el mismo paisaje que te encuentras en el Ebro en Zaragoza. Cortados de yesos, plantas gipsófilas (lógicamente), bosquetes de tamarices, amaneceres helados.... De hecho, se lo he enseñado a un compañero y efectivamente, se ha creído que era Zaragoza (una zona que llaman "Galachos de Juslibol"). Que curiosa la naturaleza... Saludos!

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    1. Hola Oscar, lo bueno que tiene la Península Ibérica es que tiene una geografía y un clima muy variados, que condicionan una vegetación y una fauna muy variada también, por la que han pasado variadas civilizaciones que que han influido en todo esto... En varias zonas se dan situaciones geográficas muy parecidas, debido al relieve, al clima y al uso que han tenido. Lo bueno que tiene todo esto, es que se pueden comparar las zonas y ver lo bueno de cada una y las mejoras que se pueden hacer... Me ha gustado mucho tu comentario y tu apreciación.
      Un cordial saludo.

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