google-site-verification=W4JiPUkp_G2kZZVS-o62liN40WEVgPWgCCloRv-xIdc la luz del monte

domingo, 20 de noviembre de 2016

EL COLOR DEL OTOÑO EN EL MONTE MEDITERRÁNEO





Entrado noviembre, el monte mediterráneo se llena de luces y de colores, dependiendo de las especies que pueblen las manchas. Los pastos ya han brotado. Es una época templada y regular en lluvias, en la que abunda la comida, pues ahora, sus árboles y arbustos están cargados de bellotas y bayas...



jueves, 10 de noviembre de 2016

LA SIERRA DE LA CABRERA.

Hoy, con un ambiente otoñal, en el que apenas veremos el sol, vamos a conocer una sierra que se localiza en la zona norte de Madrid, entre La Cuerda Larga y el valle medio-bajo del Río Lozoya...




La mañana llega con niebla en las altas crestas de la sierra. La temperatura es templada. Hace unos instantes que ha dejado de llover. En el ambiente se respiran todos los olores del otoño....




La niebla envuelve a los álamos negros que pueblan la ladera.




Por ella transita un pequeño bando de pájaros del bosque. El pequeño herrerillo común hace equilibrios en la rama seca. Busca de pequeños insectos, larvas o sus huevos.




Estas montañas son de granito, compuesto principalmente por cuarzos, feldespatos y ferromagnesianos. Rocas de extrema dureza, donde los suelos han tardado miles de años en formarse y son poco profundos.




En el perfil de la montaña se recorta la silueta del Convento de San Antonio de Padua. De estilo gótico, fue construido en los primeros años del siglo XIV...




En los pinos que rodean al convento, habitan algunas parejas de ardilla roja. Ahora las podemos ver consumiendo las piñas maduras.




Los bancos de nubes no dejan de pasar por los valles altos... Estamos en territorio natural, donde la situación geográfica y el clima han influido en la evolución natural de la jara pringosa (Cistus ladanifer).




Otro habitante típico de estos parajes, es el escribano montesino...




Las nubes, la niebla, dan otra dimensión al paisaje... A las rocas, a los árboles, al ambiente...




El paisaje natural que configura las laderas, está condicionado por la densidad y profundidad de los suelos que las ocupan. Donde los suelos son profundos y existen pequeños acuíferos, habitan encinas, arces menores y robles melojos o albares. Donde los suelos son escasos y no existe el acuífero, prosperan los enebros de la miera y las jaras.




Históricamente, el buitre leonado siempre ha sido un habitante típico de estas montañas...




Los frutos del enebro de la miera van madurando... Desde el mes de noviembre y durante todo el invierno, van a ser una parte considerable del alimento de mirlos, zorzales, zorros, garduñas, ginetas...




La silueta del fresno norteño (Fraxinus excelsior) sobresale y contrasta entre los enebros, las jaras y las escobas que habitan entre las grandes rocas.




Este mirlo común, busca insectos entre las hojas y las maderas muertas de un arroyo...




Las hojas ocres de rosal silvestre, contrastan con los rojos escaramujos. Un fruto con alto contenido en vitamina C...




En las zonas más orientadas al oeste, donde las horas de sol son menores, la vegetación arbórea es más variada, más densa y está más desarrollada. Por estas zonas pasan las nubes cargadas de humedad.




Otro habitante típico de los cantiles y de laderas rocosas es el colirrojo tizón. Un pájaro insectívoro que pasa con nosotros todo el año. En los inviernos muy fríos, si nos fijamos, le podemos ver por los grandes edificios y las calles de Madrid.




Gracias a la orografía de la sierra, el madroño todavía sobrevive en ciertos puntos, donde la influencia de la mano del hombre no ha sido tan brutal... Como ha ocurrido en el 99% del territorio de Madrid.




En ciertas zonas altas, donde el suelo es profundo y la humedad se mantiene en los meses cálidos, se localizan encinas centenarias de considerables portes.




A lo largo de la historia, ciertas zonas han ardido de forma natural o intencionada. En los últimos cuarenta años, con la desaparición del pastoreo, la vegetación se está recuperando... Como vemos en la fotografía.




La silueta del águila real no falta en los cielos de la sierra. En la imagen vemos a un joven de un año.




Los arces menores, o rabicanos, como se les conoce en la zona, van cambiando los colores de sus hojas...




En esta zona, donde la pendiente es muy pronunciada y agreste, la mano del hombre no ha sido tan dura como en otras. Aquí los árboles son variados y centenarios, y están acompañados por diferentes especies de arbustos.




Los días de lluvia y la humedad ambiental, dan vida a los abundantes musgos que cubren las rocas y los troncos de los árboles.




Mimetizado en el ambiente del monte, el corzo se mueve sin delatar su presencia...




Más abundantes que las encinas, los robles melojos están más distribuidos por el territorio. En la fotografía vemos a un importante ejemplar centenario, localizado en una zona alta de la sierra.




Ahora, vemos una panorámica de la mayor parte de la sierra... Cubierta de robles, enebros, fresnos, jaras y encinas. Al fondo se ve El Pico de La Miel.




Cerca de una fuente, donde el terreno está húmedo y el pasto ha vuelto a brotar, se acercan los zorzales charlos para capturar insectos y lombrices.




En tiempos, hace 200-400 años, el alcornoque fue común en la sierra... En la actualidad es un árbol que está en peligro de extinción, pues apenas quedan unos pocos ejemplares dispersos.




Gracias a la legislación y a la gestión forestal, en la Dehesa de Roblellano se localizan pequeñas manchas de robles melojos...




Los escasos rayos del sol que se cuelan entre las nubes y los robles, nos dejan ver a uno de los habitantes más típicos de esta dehesa... El pico picapinos. Con él nos vamos, pensando en volver en otra estación...






martes, 1 de noviembre de 2016

OTOÑO EN LOS PINARES SILVESTRES DEL ALTO LOZOYA.





Por estas fechas del año, los pinares de pinos silvestres que cubren las altas laderas de las montañas del Sistema Central, se llenan con las  luces y los colores cambiantes que aportan los variados árboles atlánticos que los habitan. Un periodo corto, pero intenso, lleno de sensaciones...


jueves, 20 de octubre de 2016

EL ALTO MANZANARES





El Río Manzanares que pasa por Madrid, nada tiene que ver con el río que nace en las altas montañas del Guadarrama, que corre por uno de los valles más agrestes de La Pedriza, entre pinos silvestres y robles...


martes, 11 de octubre de 2016

EL BOSQUE ANIMADO...


Cuando caminamos por el bosque, "generalmente" nos queda una percepción visual nítida de las imágenes que vemos. Pero no siempre es así, muchas veces vemos los paisajes movidos por el viento, o el paso y el vuelo fugaz de la fauna, imposibles de percibir y de retener en nuestra mente. Gracias a la fotografía, todas esas imágenes animadas que se evaporan y se pierden en los bosques, es posible captarlas...




El rabilargo despliega sus alas y se marcha en busca de recursos por el bosque...




Integrado en el ambiente que crea el alba, tras una cornicabra, a cierta distancia apenas se distingue la silueta del corzo...




Los vientos del comienzo de la primavera mueven las ramas del fresno...




Después de buscar insecto en el hueco del fresno, el herrerillo común sale de su interior como una bala...




En la orilla del arroyo levanta el vuelo el macho de escribano soteño...




El petirrojo se va en busca de insectos, para alimentar a sus pollos...




La curruca cabecinegra registra todas las zonas de su pequeño territorio. Busca insectos para ella y sus pollos...




La brisa de la mañana mueve los pastos y las hojas de los robles...




La salida inesperada del pico picapinos...




El zorro sale de su guarida. Se va en busca de nuevas aventuras...




Entre las hojas y el pasto, la abubilla registra sin pausa, todos los agujeros que encuentra...




Por el tronco del fresno viene el trepador azul con el pico cargado de insectos...




Después de beber, la paloma torcaz se sacude...




Hay bosques que crean impacto...




El pequeño mito se va...




Con ritmo, el agateador común sube por la rama, registrando la corteza en busca de insectos...




Cada vez que sube la cabeza con el pico lleno de agua, observa el ambiente...




El jilguero se marcha en busca de semillas...




Ligero, el mirlo común recorre la orilla del arroyo en busca del almuerzo...




El tiempo se para en las chorreras del río...




Hay insectos que si no baten las alas a ciertas revoluciones, no comen...




El paso fugaz del gavilán... Corre más su alma que sus pies...




Como un pequeño fantasma, el torcecuello aparece en el claroscuro del arroyo...




La rápida carrera del pequeño conejo, la para un fotograma...




La luz tenue de la tarde, se funde en el arroyo con el papamosca cerrojillo... Su silueta, se ve perfectamente en el reflejo...




La joven oropéndola se lanza en vuelo hacia África...




Las primeras luces del día sorprenden al caminante por la ribera...




El pequeño chochín, el ratón con plumas, recorre los cantos del río...




Por la orilla viene el escribano montesino, buscando un sitio apropiado para beber...




La curruca zarcera se deja caer...




El águila imperial ibérica busca una presa en el claro del bosque...




La luz tenue del alba, desenfoca el ambiente del claro del monte...




La rápida salida de la curruca mirlona, despliega un abanico de pequeñas gotas de agua...




El carbonero común se tira al suelo del bosque...




Por una rama que flota en el río, viene la lavandera cascadeña...




Con las primeras luces del día, el zarcero se acerca al manantial para beber. Después despliega sus alas y sigue su vida por el bosque...